sábado, 26 de enero de 2013

Un día pasa.

Como entre la espada y la pared, miras hacia la nada a través de ese cristal empañado por el frió, como todas las mañanas, esperando la rutina que te engullirá, como todos los días, ya no esperas que pase nada diferente, tienes demasiado asumido que eso esta reducido a una serie de privilegiados, el universo debe de tener algún problema contigo...
Y sin darte cuenta estás metida en la cama escuchando la lluvia golpear estrepitosamente la persiana...eso debería calmarte...e intentas recordar vagamente lo que has hecho durante el día, qué es lo que te ha llevado hasta donde estás, que ironía, está claro, lo mismo de siempre...
Debussy suena de fondo, pero no te relaja, te aturde, te aísla, dejas de pensar, al fin y al cabo, no hay nada por lo que hacerlo, todo se reduce a lo mismo. No llegas a conciliar el sueño, duermes, sí, pero falta algo, y tu subconsciente lo sabe, la música cambia, Rivers flow in you, inconscientemente te centras en ella, se mezcla en tu sueño caótico y te relaja...separa en seco, un sonido estridente te taladra....y volvemos a empezar...

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