martes, 23 de abril de 2013

Cuando los juegos de niños se acaban.

Carpe Diem, la voz de Lou Reed sonando desde los auriculares, Lady Madrid de fondo viendo una puesta de sol en lo más alto de un parque...ideal, casi sacado de un libro del mismísimo Goethe.
Pero no , la realidad es otra, de vez en cuando, el Carpe Diem se acaba, Lou Reed pasa a la historia y Lady Madrid se muda de ciudad. Hay que poner los pies en la tierra. 
Porque está genial vivir el presente, está genial disfrutar cada momento como si fuera el último, pero eso no vale nada si no te va a quedar un futuro en el que puedas hacer lo mismo.
Cuando todo se acaba es necesario tener una garantía de que las cosas van a ir bien, y eso no se consigue de otra forma que perdiéndote algunas puestas de sol, porque todo trabajo tiene su recompensa.

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